Sólo fue un segundo, un instante congelado en la línea del tiempo. Ese chorro de agua que fotografié, ya nunca será el mismo. Heráclito de Éfeso, defensor del constante cambio, decía 'Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río'. Y eso da que pensar... Nunca somos los mismos, cambiamos por dentro de manera imperceptible, aunque por fuera no lo parezca. Y debemos aceptar ese cambio, porque nos ofrece la posibilidad de ser un poco mejores.
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