¡Cuántas imágenes vuelvo a recuperar en estos días! Aquellos puestos en fiestas, sobre todo en verano, llenos de dulces y frutos secos, a los que me acercaba con la misma ilusión y entusiasmo como si lo hiciera a un mundo fantástico.
Ahora estas cosas sólo las encuentro en ciudades pequeñas, que aún conservan detalles y rincones anclados en el pasado, llenos de encanto y de recuerdos dignos de ser inmortalizados... Y me siguen produciendo el mismo efecto.
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